A la vuelta de la esquina, hay una historia que contar
Un par de manos añejas atraviesan sabanas sucias
un niño que clama por su madre,
una madre que clama por su hijo.
Un sanedrín encubierto en cada esquina
rotulando situaciones que no entiende,
y un martillo acusador.
Etiquetas que se ponen en la frente
de cada persona que pasa.
Holocaustos de ideas,
ejecutan vidas en masa.
Un acordeón suena, desplegado en abanico
sus acordes silenciosos en bocas silenciosas.
mentes que aturden con ruidosa confusión…
La suavidad exiliada, por no tener pasaporte al día
ásperas melodías enclavadas en estatuas de hielo.
Un arpegio llorando sin consuelo.
El denominador común es ahora el que dirán…
Y pensar que alguna vez se dijo: “Hipócrita!”
Primero extrae la viga de tu propio ojo, y entonces
verás claramente, como extraer la paja del ojo de tu
hermano”…
Sandra Taragán- Vicairot
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