Obra de la poetisa y
amiga muy querida Teresa del Valle Drube
Escribía en las
paredes, en los espejos de su habitación
en la tregua de los
parques, en cajas de fósforos…
sellaba besos en las
esquinas de los tapetes.
Pluma fértil no
descansaba ni quería,
sonreía degustando un café
dando giros con la
cuchara en los pocillos de café
y mientras tanto
balbuceaba canciones de amor.
El espacio de tiempo
que le sobraba era en la rosaleda
se sentaba aspirando
el aroma floral…
Observaba las aves
dando brincos de libertad
y el embriagante
perfume de ser quién es
resplandeciendo en su
entorno por ser única
entera y auténtica,
en su jardín…
Sandra Taragán-
Vicairot
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