Soy la nube
que cubrió tu mirada cuando observas
Y el viento
que sopló fuerte
despabilando
tu privación de amor
durante
años…
El beso que
te negaste por la traición
que congeló
tus ganas,
y convirtió
tu fuego en hielo seco.
Solo tú puedes
salir de la reclusión voluntaria,
tejida en
pesadillas envueltas en desamor
te esperan:
caricias
apresadas en las vertebras del piano
que tú
mismo diseñaste,
cuando aún
amabas.
Abre el
baúl de miedo,
quiebra las
bisagras cubiertas de herrumbre
perforando
dudas inútiles que te conducen a la NADA.
Estás
dormido frente al amanecer,
donde todo
florece
y los
pájaros preparan sus remos,
para iniciar un nuevo vuelo.
¿Hasta
cuándo serás navío indolente?
Sandra
Taragán- Vicairot
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